¿Qué es la radiestesia?
La radiestesia tradicional es una técnica milenaria que sirve para detectar campos electromagnéticos de seres vivos o de cualquier objeto e identificar la energía que emana de lugares así como reconocer cruces de líneas ley. Para ello el radiestesista o zahorí se ayuda de instrumentos amplificadores como el péndulo o varillas.
Las primeras referencias son una pintura rupestre en el Sáhara y hallazgos de péndulos y varillas en Egipto, Babilonia, Israel o China. Su uso también por los romanos. No únicamente para encontrar agua potable detectando corrientes de agua subterránea, encontrar minerales sino también por médicos para diagnosticar las enfermedades y sus causas, determinar las terapias y medicamentos adecuados y su frecuencia y dosificación del tratamiento. Actualmente en países como Francia emplean radiestesistas para encontrar cuerpos desaparecidos u objetos de gran valor.
A nivel terapéutico sirve para buscar remedios, conocer qué alimentos no le sientan bien a la persona y en general para analizar y equilibrar el cuerpo del paciente.
La radiestesia sirve para ayudar a descubrir:
– aguas subterráneas
– minerales como el carbón o petróleo
– en la construcción de viviendas se emplea para encontrar la ubicación más idónea.
– patologías en pacientes y equilibrar el cuerpo humano.
Nuestro organismo es un receptor que capta las radiaciones emitidas por otros cuerpos.
Por ejemplo captamos los distintos tonos de la energía sonora, los diferentes colores de la energía luminosa, sentimientos, emociones y otras vibraciones que percibimos a través de nuestra antena que es el cuerpo ya que cada uno vibra a una frecuencia determinada configurando una impresión digital energética específica.
Nuestro Sistema Nervioso Autónomo (SNA) nos ayuda a detectar buenas o malas ondas, por ejemplo, al entrar en una casa o al conocer a una persona, podemos sentirnos cómodos o incómodos, a gusto o a disgusto.
Nuestro SNA nos indica con señales como erizarnos los pelos que por alguna razón que conscientemente no percibimos, existe alguna amenaza o peligro.
Las personas como receptores que hemos desarrollado un sistema de percepción deberíamos ser capaces de detectar las radiaciones para aprovechar las influencias positivas y alejarse de las negativas. Si no hacemos caso a estas señales podremos sentirnos agotados al no optimizar nuestra energía. Con la radiestesia se puede detectar el nivel de energía de la persona y subirlo al máximo con el péndulo.
La radiestesia terapéutica tiene como finalidad el buscar el equilibrio del cuerpo humano tanto a nivel físico como energético . Es una técnica cero invasiva y no produce efectos secundarios por lo que puede ser aplicada a cualquier animal o persona.
Se emplea para:
Su uso en el paciente:
Debido a que en el mundo cuántico no hay espacio ni tiempo las sesiones pueden ser realizarse:
1. Presencial: la persona se tumbará sobre la camilla, vestido y con los pies descalzos.
2. A distancia: para crear un puente cuántico entre el radiestesista y el paciente, será necesario alguna huella energética de la persona como por ejemplo una fotografía reciente, su nombre y apellidos oficiales o una prenda.
La sesión dura aproximadamente 60 minutos. Se inicia pasando un péndulo sobre el cuerpo de la persona o su huella energética para detectar los puntos y meridianos energéticos del paciente y de esa manera, diagnosticar rupturas energéticas, ubicación y porcentaje de afección en cada órgano afectado, así como otras posibles características del paciente como detección de alimentos que le estén sentando mal. Se procederá a la limpieza energética del paciente con el péndulo y se puede complementar con otras técnicas.